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Cinco medidas urgentes para que Europa defienda los derechos de las personas migrantes

El nuevo ejecutivo europeo elegido en las urnas el pasado 26 de mayo empieza su mandato en un clima creciente de criminalización de la solidaridad y auge de los discursos xenófobos. En este contexto, proponemos cinco medidas urgentes que tienen que ser el eje de las políticas migratorias para que Europa recupere sus valores fundacionales y ponga en el centro a las personas y sus derechos humanos.

  1. Asegurar que el respeto a las vidas y los derechos de las personas migrantes y refugiadas estarán en el centro de las agendas de la nueva Comisión, el nuevo Parlamento y la Presidencia Finlandesa del Consejo de la UE.
  2. Aumentar las vías legales y seguras para obtener protección internacional. Esto implica llevar a cabo un programa ambicioso de reasentamiento de personas refugiadas de acuerdo con los requerimientos del ACNUR y que cada estado asuma su cuota de responsabilidad ante las crisis mundiales. Además, de acuerdo con la reciente resolución del Pleno del Parlamento Europeo, la UE tiene que establecer un marco normativo sobre visados humanitarios que facilite el acceso a la protección a través de esta vía.
  3. Promover la aprobación a nivel europeo de un mecanismo europeo de desembarco y reubicación seguro y predecible, en el marco del cual ninguna persona pueda ser devuelta a un país en el cual su vida pueda correr peligro, de acuerdo con la Convención de Ginebra. Este mecanismo europeo tiene que agilizar el desembarco de personas migrantes y refugiadas y garantizar su acceso al derecho de asilo. Además, tiene que asegurar un sistema justo y eficaz de reubicación de las personas recién llegadas entre los Estados miembros. Además, es fundamental posar fin a la criminalización de la solidaridad hacia las personas migrantes y refugiadas.
  4. Defender una posición garantista en las negociaciones de la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo (SECA) para que no suponga un retroceso en los derechos de las personas solicitantes de asilo y refugiadas.
  5. Poner fin a las políticas de externalización de fronteras y a la firma de acuerdos con terceros países que no respetan los derechos humanos ni garantizan una adecuada protección a las personas migrantes y refugiadas, así como a la condicionalidad de la ayuda al desarrollo al control de fronteras centrando el objetivo de estas políticas en el desarrollo humano.