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Comunicado de los programas de protección para personas defensoras de los derechos humanos del Estado español

Ante la emergencia por el COVID 19

Los Programas de Protección para personas defensoras de derechos humanos del Estado español abajo firmantes, ante la crisis sanitaria generada a nivel mundial por la COVID-19 y la gestión política de la misma, queremos manifestar nuestra preocupación por el agravamiento en la situación de riesgo que viven las personas defensoras de derechos humanos, sus organizaciones y colectivos.

Previamente a la declaración de los estados de emergencia y alarma para paliar los efectos de la pandemia, el mundo ya vivía inmerso en una crisis sistémica que ha generado degradación ambiental, violencia contra las mujeres y profundas desigualdades económicas y sociales, entre otras cuestiones graves. La crisis sanitaria de la COVID-19 tiene, por tanto, mayores impactos en las poblaciones en situación de vulnerabilidad y precariedad, entre las que se encuentran las personas que defienden los derechos humanos. Las organizaciones, colectivos y comunidades con las que trabajamos en diferentes regiones y países nos trasladan un empeoramiento en sus condiciones de vida digna y segura debido, entre otras cuestiones, a que: – El cerco mediático en torno a la crisis sanitaria está generando una invisibilización de los asesinatos, amenazas y hostigamientos que continúan sufriendo las personas defensoras. – La situación de confinamiento está generando un aumento de las crisis humanitarias que ya padecían muchas comunidades y un aumento de la vulnerabilidad de líderes y lideresas sociales, que se convierten en “objetivos fáciles” al no poder cambiar de ubicación, como venían haciendo antes de la pandemia como estrategia de seguridad y protección de su vida. En Colombia, donde, según datos de Indepaz, se reportan un total de 84 líderes y lideresas sociales asesinadas en la que va de año hasta el 24 de abril (17 durante el periodo de confinamiento) así como 24 personas firmantes de paz (5 de ellas durante la pandemia), se está produciendo una disminución de las medidas de protección por parte del Estado. Además, comunidades campesinas, pueblos indígenas y pueblo negro han exigido al Gobierno Nacional y a los grupos armados no estatales un cese bilateral al fuego, ya que su presencia en estos territorios genera riesgos adicionales que pueden afectar su derecho a la vida y a la integridad física, acceso a la alimentación y a la salud. Han aparecido panfletos firmados por estos grupos armados imponiendo bajo amenaza las medidas de aislamiento preventivo. En HondurasEl Salvador y Guatemala se han aplicado planes de emergencia basados en la militarización, la suspensión de derechos fundamentales o toques de queda, fortaleciendo el autoritarismo y deteriorando las formas de supervivencia de gran parte de la población. En México la violencia hacia las personas defensoras de derechos humanos no ha cesado durante la cuarentena decretada el 23 de marzo. Sigue habiendo situaciones muy preocupantes de ataques a la población civil por parte de grupos del crimen organizado y funcionarios públicos en represalia contra quienes resisten frente a la construcción de megaproyectos y por la defensa del medio ambiente en sus territorios. En abril fueron asesinadas 5 personas defensoras y al menos 2 periodistas en cumplimiento de su labor. La impunidad sobre estos casos alcanza el 99%. El Mecanismo de Protección Federal se encuentra superado por la situación de violencia. Ante esta situación, expertos en derechos humanos de Naciones Unidas emitieron en marzo un comunicado en el que se instaba a los Estados a que las medidas implementadas para paliar los efectos de la pandemia no fueran utilizadas para silenciar a las personas defensoras de derechos humanos3. En abril, el mismo organismo emitió un llamamiento para que los países aborden la pandemia con un “enfoque cooperativo, global y basado en los derechos humanos”4. Las organizaciones de la sociedad civil y las Administraciones Públicas que coordinamos Programas de Protección en el Estado español nos unimos a este llamamiento y SOLICITAMOS a los Gobiernos, las Administraciones Públicas y los titulares de obligaciones correspondientes – Que la limitación de las libertades individuales y colectivas de la población no supongan un aumento de la militarización de los territorios, del control social o de la persecución y represión de activistas y líderes sociales. – Que se investiguen y lleven a juicio a los autores materiales e intelectuales de los asesinatos y agresiones cometidas contra personas defensoras de derechos humanos cometidas durante la crisis de la COVID-19. – Que se mantenga una interlocución directa con los colectivos, especialmente aquellos que se en encuentran en situación de mayor riesgo, como es el caso de las comunidades rurales (campesinas, indígenas y afrodescendientes), mujeres defensoras y personas LGTBI, pactando conjuntamente con ellas las medidas específicas de protección e incorporando así sus saberes y sus experiencias en la defensa de la vida. – Que se tomen medidas para proteger la salud de las presas y presos políticos, quienes, en muchos casos, se están enfrentando a situaciones de hacinamiento y de insalubridad que ponen en mayor riesgo su vida. Estado español, 29 de abril de 2.020 FIRMANTES
  • Programa Asturiano de Atención a Víctimas de la Violencia en Colombia
  • Giza eskubideen defendatzaileak aldi batez Euskal Autonomia Erkidegoan babesteko Programa / Programa Vasco de Protección Temporal para Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos (Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno Vasco y CEAR-Euskadi).
  • Programa Català de Protecció a defensors i defensores dels Drets Humans / Programa Catalán de Protección a Defensores y Defensoras de Derechos Humanos (Generalitat de Catalunya y Comissió Catalana d’Ajuda al Refugiat).
  • Programa municipal Barcelona protegeix periodistes de Mèxic/Barcelona protege a periodistas de México (Ajuntament de Barcelona y Taula per Méxic).
  • Programa Valenciano de Protección Integral y de Acogida de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos (Concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migración del Ayuntamiento de Valencia y CEAR-País Valencià).
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Información sobre las medidas adoptadas por la Secretaría de Estado de Migraciones ante el COVID-19

 

Qué pasa con los trámites iniciados antes del estado de alarma? Cómo se pueden tramitar las renovaciones de autorizaciones de residencia y trabajo ahora? Qué pasa con el sistema de acogida en el actual contexto? La respuesta a estas y otras dudas se pueden consultar en guía que ha publicado la Secretaría de Estado de Migraciones para resolver las preguntas más frecuentes que se presentan en el actual estado de alarma.

Podéis consultar el documento a continuación

GUIA2_MEDIDAS_SEM (1)

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Encuentro con Edda Pando, activista por los derechos de los persones migradas en Italia

 

El lunes 1 de abril, la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR) organizó un encuentro con Edda Pando, presidenta de la organización italiana Todo cambia (que lleva más de 15 años implicada en la defensa de los derechos de las personas migradas y refugiadas en Italia) y el Eje de Migraciones de la Fede.cat. Pando trabaja con las familias de las personas desaparecidas en el mar y en el análisis de las consecuencias de la externalización de la gestión fronteriza.

La activista, que estos días se encuentra a Barcelona invitada por el programa Ciudades Defensoras de los Derechos Humanos, denunció el genocidio que implica la pérdida constante de vidas en el Mediterráneo, que ya se contabilizan por miles. ‘Hay un plan estratégico que diseña el accionar de la Unión Europea en cuanto a las fronteras. Tenemos los 30.000 desaparecidos al mar Mediterráneo, sin contabilizar los casos que no se conocen. ¿Esto qué es? ¿Un incidente, un fenómeno?’, se preguntó. La organización de Pando habla de la desaparición forzada de estas personas porque se produce con la participación en la gestión fronteriza de varios estados, según la definición de la Convención Internacional sobre Desapariciones forzadas.

Todo cambia trabaja actualmente con un grupo de familias de personas desaparecidas en el Mediterráneo en 2012 e intenta visibilizar su lucha. Son más de 500 familias que no han podido hacer el proceso de luto, que no tienen una tumba para visitar ni un certificado que documente la muerte de los suyos, con todas las dificultades que esto supone, como no poder heredar los bienes de la persona, no poder acreditar la viudez y no poder volver a casarse nunca, entre otros.

Para apoderarlos, ayudar a su conocimiento y reconocimiento mutuo, la organización ha posado en contacto diferentes grupos de familias de personas desaparecidas. ‘Muchas de ellas eran amas de casa, gente que no se preocupaba de la migración. No son activistas, no tienen redes, falta ayuda para que se constituyan líderes entre los familiares’, explicó Pando, que defiende la necesidad que las migradas hablen por sí mismas y se constituyan en sujeto de su propio discurso.

El pasado domingo 31 de marzo se inauguró la 8.ª edición del programa Ciudades defensoras de los Derechos Humanos, que esta edición de primavera invita, además de a Pando, a cinco personas que actúan como activistas en diferentes países y realizarán durante toda la semana actividades de sensibilización a 11 municipios.

El programa Ciudades defensoras de los Derechos Humanos, que gestiona la CCAR junto con otras entidades e instituciones, empezó en 2013 con el objetivo de sensibilizar, más allá de los titulares, sobre las causas de los conflictos que provocan las vulneraciones a los derechos humanos y animar a la ciudadanía de los municipios catalanes a convertirse en defensora de estos derechos. En el programa participan 26 municipios, con el apoyo de 10 instituciones y entidades.

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8 datos escalofriantes después de 8 años de guerra en Siria

¿Te imaginas que en tus primeros ocho años de vida solo hubieras podido vivir en un país en guerra? ¿O que hubieras tenido que abandonar tu hogar junto a más de la mitad de la población de tu país? Esto es hoy Siria, un infierno para quienes todavía continúan huyendo y para quienes no pueden ni huir.
El 15 de marzo de 2011 está reconocido oficialmente como el inicio de la guerra en Siria, una de las más cruentas e inhumanas desde la II Guerra Mundial. Desde entonces, el contador de muertes violentas, personas desplazadas internamente, refugiadas en otros países, desapariciones forzosas y violaciones indiscriminadas no ha parado de crecer hasta dejar unos datos escalofriantes. Detrás de cada una de ellas hay historias de vida interrumpidas, sueños rotos y familias que solo quieren vivir en paz.
1. Más de 500.000 personas habrían perdido la vida bajo las bombas y las masacres indiscriminadas de todas las partes. En 2018 hubo en Siria al menos 20.000 muertes violentas, el menor número desde que empezó el conflicto, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. A pesar de esto, cerca de 1.106 niños y niñas murieron durante los combates en Siria en 2018, el año más mortífero para los pequeños desde que se inició la guerra, según UNICEF.
2. Un niño o niña sirio de ocho años no sabe el que es vivir en paz, salvo que haya podido huir y encontrar refugio en un país seguro en el cual se garanticen sus derechos. Según Save The Children, hasta cuatro millones solo han vivido en un país en guerra y más de la mitad de todos los menores sirios vive en áreas sin acceso a los servicios básicos y a la ayuda humanitaria. Alrededor de 2,1 millones no asiste al colegio y un tercio de las escuelas han sido ocupadas o utilizadas para finalidades militares.
3. Más de 6,5 millones de personas sirias están registradas como refugiadas en otros países, principalmente en Turquía (más de la mitad), Líbano, Jordania, Alemania, Irak y Egipto. Representan un tercio de la población refugiada en todo el mundo, según datos de ACNUR a mitad del año 2018. Continúa siendo el principal país de origen de las personas refugiadas en el mundo, más del doble que el siguiente, Sudán del Sur. En los primeros seis meses de 2018 se registraron más de 228 mil nuevos refugiados de Siria, la mayoría de ellos en Turquía. La cifra de niños y niñas sirios nacidos como refugiados llega ya al millón.
4. Si se suman las más de 6,2 millones de personas desplazadas forzosamente de sus hogares dentro de Siria, el resultado es que más de la mitad de la población ha tenido que huir para salvar sus vidas. A comienzos de 2019, en los campos de refugiados próximos a la frontera con Jordania, continuaban en unas situaciones penosas, con frío severo, falta de asistencia médica, defunción de menores…
5. Aunque la violencia activa disminuye parcialmente, el conflicto continúa. Algunas partes en conflicto como el propio gobierno sirio, con el apoyo de Rusia, llaman al retorno de las personas refugiadas. Sin embargo, poco más de 42.000 personas volvieron a Siria en 2018 y el 85% de las encuestadas no tenían intención de devolver, según el último informe de Regional Refugee and Resilience Plan. Siria ha aprobado regulaciones para facilitar la reconstrucción después del retorno, aunque esto coexiste con las continuas violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas gubernamentales. Persiste el matrimonio precoz, el trabajo infantil, la falta de acceso a la escuela…El proceso político de Ginebra que trata de avanzar las negociaciones sobre el conflicto sirio continúa en punto muerto. ACNUR ha advertido a los gobiernos sobre el riesgo que los retornos se produzcan violando el derecho internacional.
6. Desde que se inició el conflicto en Siria, España ha recibido 18.250 solicitudes de asilo de personas sirias. A pesar de ser una de las nacionalidades con mayor reconocimiento de protección internacional, el Gobierno impuso el visado de tráfico a las personas procedentes de Siria, lo cual ha impedido que puedan llegar a nuestro país sin tener que arriesgar sus vidas. De hecho, continúa siendo una de las principales nacionalidades de las personas rescatadas y muertas en el Mediterráneo. El año pasado 2.775 solicitaron protección internacional en España. De un total de 1.980 resoluciones, 1.835 fueron favorables.
7. A finales de agosto de 2018, más de 90.000 personas estaban en situación de desaparición forzosa, la mayoría bajo la responsabilidad de las autoridades gubernamentales, según Human Rights Watch.
8. Alrededor de 11.700.000 personas necesitan asistencia humanitaria. La financiación internacional de la respuesta humanitaria para el conflicto sirio continúa siendo insuficiente. Sin embargo, Europa destina más de 3.000 millones de euros al hecho que Turquía impida a los refugiados mayoritariamente de este país a cruzar el Egeo.